Primavera urbana, perspectiva POP ART


La primavera te invita a callejear. 
Puede ser un buen momento para dar un paseo por la gran avenida; 
esa rodeada de árboles y pintorescos muros, 
la que va en dirección al arte postmoderno...

Lo que no sabes es que hoy, andando por el carril bici, 
sobre tu mountain-bike poco romántica -sin faro delantero y sin cestita-, 
te vas a encontrar con Keith Haring. Porque es 4 de mayo, y hoy las calles gritan su nombre recordando que, hace 54 años, llegó a algún lugar de Pensilvania; 
y aunque su vida no culminó con una gran guinda, su arte fue revolución.

Empieza el recorrido en el número 80 de la calle principal. Ride on :)!


Años 80
De entre los grupos de grafiteros que decoraban los vagones de metro de Nueva York aparecieron…
Jean Michel Basquiat (1960 – 1988)
Keith Haring (1958 – 1990)
Y del anonimato, llegaron a ser ídolos del Pop Art. Incluso colaboraron en proyectos con grandes artistas como Andy Warhol.
Su técnica pictórica
Rápida e innovadora, potente sentido en el trazo.
Imágenes violentas nacidas en la calle que fascinaron al elitista mercado artístico.
Ni uno ni otro rebajó el tono de su pintura pese a resultar a veces incomódos para el sofisticado mundo del arte que los había acogido.


En lucha consigo mismos y con sus propias contradicciones, terminaron siendo víctimas de dos de las plagas de finales del siglo XX: las drogas, en el caso de Basquiat, y el sida, en el caso de Haring.


Sus influencias
Paul Jackson Pollock (1912 – 1956) fue un pintor estadounidense que destacó en el siglo XX e innovó con el desarrollo de la técnica de abstracción. Es el precursor del Expresionismo Abstracto de entre los 40 y 60.
Jean Philippe Arthur Dubuffet (1901 - 1985)
Desarrolló su arte sobretodo en París. Es también uno de los más famosos en el siglo XX, Debuffet, fue un pintor y escultor francés que realizaba sus obras con la técnica de óleo sobre lienzo, y éste reforzado por arena, alquitrán o paja para originar una nueva superficie. En los 60, su trabajo eran fundamentalmente esculturas de poliestireno recubiertas con vinílico. 
Warhol (1929 – 1987)
Los rady-made de Warhol surgen a partir de la imagen de un objeto vulgar, utiliza técnicas de producción en serie para multiplicar y difundir la imagen. Son la iconografía de la sociedad de consumo...[+] http://milvoltes.blogspot.com/2011/04/pop-art.html
Andy Warhol no está dentro de este movimiento urbano, pero me apetecía poner un poco más de él. Ahí va un estracto de un artículo que he leído hace poco en El Público.es
"Él usó las ideas de los demás, pero también hubo otro montón de ideas que no usó. Y eligió su tratamiento pictórico con cuidado. Nadie más pintó latas de sopa a tamaño natural, por ejemplo. O 200 botellas de Coca-Cola"
“Fue un revolucionario porque superó la distinción entre lo vulgar y la élite. Lo hizo fulminando la expresión en el gesto artístico".

C.

Diccionario para mujeres y hombres (y viceversa)


Bienvenidx a un capítulo sobre "rumores y mentiras". 

Demasiado a menudo me encuentro con publicaciones -véase facebook, tuenti, otras redes sociales y páginas web- sobre cómo interpretar el vocabulario femenino. 

He aquí un fragmento de lo que circula por Internet:

NO = SÍ / SÍ = NO
(El orden de los factores no altera el producto...¿?¿?)
TAL VEZ = NO
LO SIENTO, PERO...= Lo volveré a hacer igual.
DECIDE TÚ = Pero haz lo que digo yo.
HAZ LO QUE QUIERAS = Pero la pagarás cara.
¿ESTOY GORDA (FLACA)? = Dime que estoy Buenísima.  (Esta me mata).
QUIERO CAMBIAR ESTAS CORTINITAS = y las alfombras... y los muebles...
ES QUE ESTA COCINA ES TAN CHIQUITA = Quiero una casa nueva.
¿ME AMAS? = Te voy a pedir algo.
¿CUÁNTO ME AMAS? = y cuesta mucho dinero.
NECESITARÍAMOS = Yo quiero.
TENEMOS QUE HABLAR = Necesito quejarme de algo.
CREO QUE NO NOS COMUNICAMOS LO SUFICIENTE = Tienes que estar de acuerdo conmigo. 

   Francamente, ME OFENDE. 
 En primer lugar, está implícita una actitud sumisa. Cuando leemos las siguientes correspondencias "digo-pero quiero que entiendas...", nos situamos inmediatamente en un marco de diálogo mixto. De esta manera entendemos que, diga lo que diga la mujer –da igual su opinión o su derecho-, se hará lo que diga el hombre. Este, por supuesto, no tendrá cargo de conciencia alguno: ha catalogado -consciente o inconscientemente- a la mujer como incapaz de tomar decisiones razonables. Lo que me lleva a "sospechar" que se trata de una invención machista (no incluyo a todos los hombres en el mismo saco; así que, chicos, tranquilos). 
  
  Ese “diccionario” contiene expresiones que lo único que demuestran es inseguridad, y atribuyen la responsabilidad al otro. Además, tienen un alto contenido que yo catalogaría  como perteneciente a un grupo -espero que minoritario- de "nenas caprichosas y mimadas".

  Animo pues, al uso del sentido común "exprimido hasta lo más elemental" -parece redundar la expresión "sentido común" junto con "hasta lo más elemental", pero quiero enfatizar que a veces no es natural lo que nos imponen ciertos círculos culturales.

 Comunicación, ¿dónde estás? 

 No puedo cambiar una mentalidad reacia a hacerlo (ni lo pretendo): siempre habrá hombres a los que les guste pensar que lo que dice una mujer no está fundamentado. Lamentablemente.

  Por favor, chicas que defendéis lo anterior como un atributo a vuestra feminidad, un poco de amor propio y firmeza. Dejaos de roles y cánones baratos. Para una comunicación fluida basta con hablar palabras sin tapujos. Menos códigos que descifrar y más palabras sinceras, que por algo podemos disfrutar de una lengua rica. 

 Por si te ha quedado alguna duda, te aclararé que, hables en el idioma que hables, te encuentres en el ámbito que te encuentres,“SÍ” siempre será afirmación y “No”, negación. También existen adverbios de probabilidad tales como “quizás, posiblemente, probablemente, a lo mejor o tal vez”. No son sinónimos, por tanto, de “No”.  

Ya hay suficientes complicaciones en el mundo como para añadir "extras".
Por una relación humana más fácil y sincera :) 



Claudia.

Tengo ganas de ti


Tengo ganas de ti. Y no, no te estoy diciendo que te compres un libro.

Hay frases hechas y coloquialismos a los que algunos deciden ponerle una patente. Frases que dan nombre a una peli, a un artículo o simplemente frases y palabras gritadas en la tele. Así es como ellos se promocionan, queriendo o sin querer.

Quiero decirte lo que pienso; lo que pienso eres tú. Iría corriendo hasta la puerta de tu casa, me chocaría con el vecino que acaba de abrir la puerta de tu edificio, apretaría el botón del ascensor pero es lento, así que subiría rápidamente las escaleras y, ya sin aliento, tocaría un timbre que no funciona y después a la puerta a esperas de que alguien me escuche. No tengo fuerzas para gritar tu nombre. Espero. Pego la oreja a la puerta y solo se siente silencio. Caigo de espaldas a la pared y me siento recostada sobre un muro que deja mi abrigo blanquinoso por detrás. Relájate – me digo. Y es cuando lo siento, que tengo ganas de ti. Dulce ansia que se rompe al evocarme directamente a una novela que leí en cuatro días perezosos del verano pasado. Una historia de amor idealizada y de adolescentes. Suben en moto e incendian la noche. Amor y desamor. Recuerdos que resurgen disfrazados de antiguos amigos. Chocan eso y mi realidad. -Mi mundo, que es mi realidad. Yo no necesito hablar para expresar una emoción, me basta solo con mirar. Pero sí necesito amar, que es mi única ambición. ¡Es lo que necesito!- Solo quería verte. Invitarte a desayunar y que nos diéramos cuenta de que aún queda todo un día por delante. De que, mientras comemos croissants que no están rellenos de chocolate y un café con leche y sin azúcar, todavía nos da tiempo a coger un tren hacia la playa y que, aunque esté nublado, los días grises saben mejor si vas acompañado de él si eres ella o de ella si eres él. Y una mochila. Ir, oler el mar, sacarse los zapatos, sentir las rocas frías y hundir los pies en una arena de granitos gruesos. Y tengo ganas de ti.

Y se tergiversa mi construcción cuando no dejas de hablar en voz estridente, y te quejas y no haces cosas. Interrumpes mi canción, insistes: no corras por el pasillo que abajo vive gente, un día de estos va a subir el vecino a quej.. no saltes, siempre igual. Y es que no me gusta nada el vestido que lleva, hay que saber vestir, mi estructura es más adecuada para esetipoderopaporjemploelotrodíapenséencomprarmeunsuétergrisperonocombinaconmifondodearmario. Y es cuando las palabras hacen eco en mi cabeza, los sonidos resultan ajenos y te miro, cállate por favor –te digo con la mirada. Y sigues. Porquehayquesaberconjuntarnoesposiblellevarmarrónconnegromujerdependelatonalidadtambién… ¡¿Por qué no te callas?! Grito al fin. Ahora me miras tú. Imagen que en nuestras mentes se recrea. Momento televisivo. Te ríes. Parece que le he robado la frase a alguien.

Y así es, como desde nuestro subconsciente, le regalamos un trocito de tiempo a alguien que quizá no valga la pena, o en un momento que quizá no convenga. O como cuando he hecho una rustidera de verduras y algo de carne y, te comes solo la alcachofa y el pimiento y te digo cómete el pollo


Claudia.